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LITERATURA
¡Bienvenidos al ciclo lectivo 2024! Soy , profesor de Prácticas del lenguaje y Literatura. Con mi acompañamiento cursarán la materia Literatura, correspondiente al 4° año del Secundario. Este es el espacio virtual, la plataforma educativa que sirve de complemento a la cursada presencial que tendremos en el Instituto durante este año 2024. Espero que este complemento virtual, les sea de ayuda para complementar los contenidos vistos durante la cursada efectiva en aulas físicas.
Datos de la asignatura:
Institución: Instituto Juan B. Alberdi
Nivel: Secundario Superior
Asignatura: Literatura
Curso: 4°
Docente:
FAMILIAS: ante cualquier consulta que tengan sobre la dinámica de trabajo de la materia, comunicarse con preceptoría.
Tel: 11-6878-2060 Correo: yohana.delapiaza@institutoalberdi.org
Literatura 4to año
Diferentes Tipos de héroes:
Formas de conjugar un verbo:
¡Leemos esta novela increible!
El faro de la mujer ausente de Sifres
Es una novela de intriga ubicada en Bellemer (Francia) en la que el hilo conductor es una imagen que perdura en el tiempo por lo dramático de los hechos que allí tuvieron lugar: el asesinato de una joven enfermera francesa a manos de un soldado inglés a finales de la Segunda Guerra Mundial. Cinco jóvenes: Hugo, Gabriella, Klara, Henry y Franz serán los encargados de descubrir qué se oculta tras un papel arrugado escondido en un bolsillo y el cascote de una bala que aparece de modo sorprendente en la chaqueta de Hugo. Ambas pistas les llevarán a conocer la verdadera identidad de Bernard, el farero y de Mathew Schwaller, propietario del orfanato contiguo al centro donde estudian. La vida de estos personajes se vio truncada un 18 de octubre de 1944, cuando la joven enfermera fue asesinada durante una guerra que solo trajo sufrimiento a la costa normanda.
¿Qué es un Lapbook?
Un lapbook es una mezcla entre un mural y un juego lleno de sorpresas, en el cual existe la posibilidad de reutilizar materiales, se le conoce también como «libro desplegable» el cual tiene la misma forma de un tríptico. En dicho lapbook se trabaja un tema previamente elegido de manera visual y creativa. Este se realiza tomando como base una cartulina en la que se desarrollará el tema seleccionado. En este caso, ustedes deberán armar su lapbook sobre la lectura de El faro de la mujer ausente de David Fernádez Sifres.
Lapbook cómo hacerlo: En el interior de la cartulina se van recopilando dibujos, objetos, fotos, esquemas y actividades relacionados con el tema en cuestión, de esta manera, el profesor logrará que sus alumnos aprendan manipulando e interactuando con la información.
Aniversario de Julio Cortázar
Cortázar tuvo su natalicio en 1914 y falleció en 1984. Se conmemoran 40 años de su fallecimiento. Es por ello que deben conocerlo, y porque su literatura es única y rica en juegos, innovación; su literatura no morirá jamás.
Un escritor que vino a cambiar la perspectiva del arte literario.
Historias de Cronopios y de Famas, es un libro muy importante en la carrera de escritor de Cortázar. El libro consta de cuatro apartados, los que leeremos en clases serán: el primero, "Manual de instrucciones" y el último, "Historia de cronopios y de famas".
UNIDAD 1:
Cosmovisión Mítica
En esta unidad del año nos centraremos en la cosmovisión mítica.
Se hablará de cosmovisión en tanto modo amplio de entender y de organizar el mundo en diferentes etapas históricas y de relacionarse con él y entre las personas. En este sentido, la cosmovisión mítica aborda un modo mítico de relacionarse con el mundo y con los fenómenos circundantes.
En cierto sentido, una cosmovisión es un concepto mucho más amplio y abarcativo que las doctrinas o sistemas de ideas. Una cosmovisión puede tener vigencia durante muchos siglos.
Las cosmovisiones míticas se remontan a los orígenes de las civilizaciones y a cómo los hombres y mujeres de épocas antiguas se las ingeniaban para entender y dar sentido al mundo que habitaban.
La pregunta por los orígenes de las cosas y del mundo circundante es una pregunta que desveló y desvela a todas las sociedades a lo largo de los tiempos.
Los mitos son un intento de dar cuenta y explicar esos orígenes.
La cosmovisión mítica griega, que es la que abordaremos en esta unidad, data de, al menos, un milenio antes de Cristo. Es decir, hace aproximadamente, 3 mil años.
Las narraciones míticas, como es de esperarse, se transmitían mayormente oralmente.
TESEO Y EL MINOTAURO
Un mito bien conocido es el de Teseo y el laberinto del Minotauro. Teseo era hijo de Egeo, rey de Atenas, y de Etra.
Egeo había matado al hijo de Minos, por lo que Creta cercó Atenas, que se vio rápidamente asolada por el hambre y las enfermedades, y Egeo tuvo que aceptar las condiciones de Minos. La ciudad de Atenas debía entregar cada año un tributo a Minos, rey de Creta, el que consistía en 14 jóvenes de las familias más nobles de la ciudad, siete chicas y siete chicos, que serían entregados al Minotauro que se encontraba en el laberinto de la ciudad.
Teseo y el Minotauro
Teseo, al tener conocimiento de esto, decidió ofrecerse como tributo anual para lograr terminar con la bestia, a pesar de que su padre le insistía en no hacerlo.
Al final logró convencerle, afirmándole que, si tenía éxito y conseguía volver, pondría velas blancas en su barco, y si había fracasado, las velas serían negras.
Al llegar a Creta, el propio rey Minos los examinó para confirmar que servían como sacrificios humanos. Teseo, al encontrarse en la corte, conoció a la hija de este, Ariadna, de quien se enamoró perdidamente.
Ella se enteró del objetivo que tenía Teseo y, habiéndose enamorado también de él, decidió ayudarle, ya que a pesar de que lograse matar al Minotauro, salir del laberinto era tarea imposible. Por ello, le entregó un ovillo de hilo de oro.
Cuando entró en el laberinto, Teseo fue desenrollando el ovillo para después encontrar la salida. Al encontrar al Minotauro, lo primero que hizo fue dar rodeos para tratar de agotar a la bestia.
Una vez que el Minotauro estaba agotado, se enfrentó a él hasta que expiró. Después fue siguiendo el hilo que le había dado su amada para encontrar la salida.
El regreso de Teseo
Tras la victoria, Teseo se reunió con los jóvenes que le habían acompañado y con Ariadna. Juntos, no tardaron en embarcarse y poner rumbo a Atenas. Durante el trayecto, tuvo lugar una gran tormenta que les hizo detenerse en la isla de Naxos.
Ariadna, que se encontraba indispuesta, bajó del barco. Unas leyendas dicen que Teseo la abandonó, otras que se olvidaron de que había bajado y otras, que el barco se alejó debido a las condiciones climáticas.
Lo cierto es que el barco partió dejando a Ariadna en la isla y separando por tanto a los jóvenes. El dios Dioniso encontró a Ariadna, convirtiéndola en su esposa.
Teseo, debido a la euforia del triunfo, se olvidó de cambiar las velas negras por las blancas. Egeo, viendo las velas negras que significaban que su hijo había fracasado, creyó que su hijo había muerto.
No pudo soportarlo y se arrojó al mar. Teseo decidió llamar al mar Egeo, como su padre, una vez que subió al trono. Gracias a su nombramiento como rey, logró unir a los pueblos formando el estado ateniense.
Fuente: https://redhistoria.com/mitologia-griega-teseo-y-el-minotauro/
LECTURA Y ACTIVIDADES
Trabajo especial remoto
Área: Lengua y Literatura
Curso: 4to año
I. Realizar la lectura del siguiente texto:
La tela de Aracne
El viejo Idmón era un humilde tintorero que todas las mañanas se levantaba a la salida del sol y se dedicaba teñir la lana con la púrpura reali que recibía desde la famosa ciudad de Tiro. Solía acompañarlo Aracne, su hija, quien se dedicaba a la tarea de tejer y bordar hermosos lienzos en un rincón de la habitación donde el anciano trabajaba. La habilidad de la joven para estas labores había cobrado gran fama en toda Lidiaii. Aracne no era ilustre por su nacimiento ni por la categoría de sus padres; solamente su habilidad sobre las telas le había proporcionado el reconocimiento, por ser la mejor tejedora. Muchos afirmaban que la joven estaba orgullosa de esta cualidad y cada halago era un motivo más para demostrar lo engreída que era.
Aracne vivía en la pequeña ciudad de Hipepaiii, y hasta allí llegaban, atraídas por la curiosidad, las ninfas, quienes abandonaban sus viñas y las aguas del río para admirar la belleza de las obras de tan extraordinaria tejedora. Ver esas obras maestras cuando ya estaban terminadas era, ciertamente, un verdadero placer, pero aun mayor era el deleite al ver a Aracne cuando las creaba con tanta dedicación. Las musas coincidían en destacar como Aracne era capaz de imitar con inigualable perfección las formas y los colores de la naturaleza en todos los diseños que creaba.
Una mañana, mientras Idmón ponía esmero en el trabajo, la joven Aracne acabó su bordado y afirmó que, definitivamente, sus tejidos eran superiores a los de Minerva, diosa no solo de la sabiduría y la guerra, sino también de las artesanías. Su padre quedó perplejo al escuchar las palabras que la muchacha profirió: "Minerva, puedes venir cuando quieras y disputar conmigo cuál de las dos es más hábil en las labores del tejido y el bordado; no me negaré a semejante contienda. Si resulto vencida, prometo que no rehuiré ningún tipo de castigo que quieras imponerme". Idmón temió, entonces, que Minerva cumpliera con el pedido de su hija, y así sucedió.
No pasó mucho tiempo para que los dichos de Aracne llegaran oídos de la diosa. Minerva se enfureció por la presunción de la muchacha e ideó un plan para darle un escarmiento y que, de ese modo, se arrepintiera por haberse igualado a ella. Sucedió, entonces, que un día, cuando Idmón se encontraba fuera de la casa, mientras la joven se dedicaba a su labor, la diosa apareció ante ella bajo la forma de una anciana de blancos cabellos y le dio la oportunidad de disculparse por haberse creído superior a un dios. Mientras buscaba sustento en su bastón, la anciana se
acercó hasta su contrincante y le dijo: "Aracne, no debes despreciar la vejez. Los años dan la sabiduría que proviene de la experiencia. Escucha atentamente los consejos que te voy a dar: debes sentirte orgullosa por la fama conseguida con tus labores, ya que con ellas superas a todas las mujeres del mundo; pero no trates jamás de igualarte a una diosa. Ahora debes dar alguna explicación a la ofensa que implica proferir palabras en las que te reconoces superior a Minerva. Ella está dispuesta a perdonarte si demuestras verdadero arrepentimiento".
Las palabras de Minerva enfurecieron a Aracne, quien abandonó su labor y, mientras miraba a la anciana con gran indignación, le respondió: "Insensata, parece que los años te han dotado de experiencia y de gran juicio, pero te aconsejo que guardes tus consejos para tus hijas, si es que acaso las tienes. Yo te aseguro que no los necesito, y que tus demostraciones no me harán cambiar de parecer acerca de mi superioridad en el arte de tejer. ¿Por qué Minerva no viene ante mí tal como es?
¿Por qué rehúye el combate al que la he invitado?".
Ante las impertinentes palabras de Aracne, la anciana respondió: "No dudes de que Minerva acepta el desafío que le propones". E inmediatamente, la anciana soltó su bastón, y la blanca cabellera y las arrugas desaparecieron para dar lugar a la verdadera apariencia de la diosa. Las ninfas que por allí andaban se acercaron para rendirles sus honores, mientras que Aracne se mostraba imperturbable. Tan solo un tenue rubor cubrió sus mejillas.
Minerva entonces dijo: "Ya no te daré más consejos, acepto el desafío que me propones, así que toma tu labor y ponte a trabajar" Al instante, ambas prepararon sus lienzos para dar inicio a la disputa. Las ninfas no quisieron perderse aquella contienda, y se quedaron junto a las rivales.
Con gran admiración, veían cómo el hilo pasaba a través de la lanzaderaiv que rodaba con una agilidad increíble mientras que las tejedoras ponían sumo cuidado en separarlo con un peine especial, necesario para esta clase de trabajos. Tanto Minerva como Aracne trabajaban con una destreza y ligereza admirables, en sus rostros podía verse la dedicación que ponían en las puntadas de hilo ya que consideraban que en cada una de ellas estaba el triunfo. La fusión de los colores más bellos formaba sobre sus lienzos una mezcla tan agradable de claros y oscuro que parecía que sobre ellos se había extendido el arcoíris. Con esos hilos y esos colores, las contrincantes dibujaron sobre el tejido antiguas historias.
En el lienzo de Minerva se podía ver el pleito que ella había tenido con Neptuno sobre el nombre que se le debía dar a la ciudad que finalmente fue reconocida en su honor como Atenasv Se veían también sobre la tela los doce grandes dioses sentados sobre sus tronos, cada uno de ellos con los atributos que los caracterizan. En el centro se veía a Júpiter, uno a uno los hilos se iban trenzado para dotar del aire de grandeza que lo corona como padre de todos los dioses. Cuando acabó de dar forma a la imagen de Júpiter, Minerva se representó a sí misma, con su casco, su lanza y su escudo. Sobre el escudo se veía la cabeza de Medusavi luego de haber sido vencida por Perseo. Si bien parecía que esta sería toda la obra de Minerva, no fue así: para hacer comprender mejor a su rival el castigo que le esperaba por haberse comportado de modo tan presumido, dibujó con pequeños trazos, en las cuatro esquinas del lienzo, la historia de cuatro combates. En el primero de ellos se veía la aventura de Hemo, rey de Tracia, y de Ródope, su esposa, fueron convertidos en rocas por haber tenido la audacia de llevar los nombres de los dioses Júpiter y Juno. En otro ángulo, se representaba la historia de Piga, la reina de los Pigmeos, a quien Juno, para castigarla por su presunción, convirtió en grullavii, con el fin de que ella misma estuviera en guerra continua con su pueblo. En el tercer ángulo, se encontraba Antígona, que había tenido la audacia de compararse con la esposa de Júpiter. Por tal motivo, Minerva la había metamorfoseado en cigüeña; ni la ciudad de Ilion ni Laomedón, su padre habían logrado impedir que su cuerpo se cubriera de plumas blancas. Por último, en la cuarta esquina, se veía a la infortunada Cinara abrazada a las gradas de un templo mientras lloraba desconsoladamente. Esas gradas eran sus hijas, a quienes los dioses habían dado tan desgraciada forma. Para finalizar su labor, Minerva rodeó el borde del lienzo con algunos ramos de olivo entrelazados, este era el árbol consagrado a ella. Cuando su diseño quedó ter minado, lo miró con agrado y luego dirigió los ojos hacia su contrincante, para advertirle, con aquel gesto, que era su turno en la contienda.
Por su parte, a Aracne se la veía serena y confiada, su presunción era tal que se creía vencedora del pleito antes de haber terminado la labor. En primer lugar, representó sobre el lienzo las infidelidades de Júpiter, pronto se pudo distinguir la figura de Europa raptada por el dios bajo la forma de un toro. El diseño era tan perfecto que parecía que un verdadero toro atravesaba el mar y que los ojos de Europa cobraban vida en el gesto de mirar hacia la orilla que dejaba atrás. Otro de los motivos que se veía sobre la tela fue la escena en que Júpiter se convierte en cisne y desciende del Olimpo para seducir a
Leda. Pero estas no fueron las únicas escenas de la historia de Júpiter que Aracne eligió representar. Otras hazañas del dios estaban allí y se veían también representadas con inusitada viii delicadeza: aparecía en forma de sátiroix en la aventura con la bella Antíope, de la que tuvo dos hijos gemelos; se lo reconocía bajo la forma de Anfitrión mientras seducía a la hermosa Alcmena; podía vérselo como lluvia de oro cuando penetraba en la torre donde estaba encerrada Dánae.
Mientras Aracne se dedicaba a su labor. Minerva la observaba y pudo ver que no solo Júpiter era el protagonista de los diseños de la joven tejedora, sino que también Neptuno comenzó a cobrar vida sobre la tela. En ella se observaban las diversas transformaciones sufridas por el dios: se presentaba bajo la apariencia de un toro ante la presencia de una de las hijas de Eolo; convertido en el río Enipeo, procreaba a Ato y Efialte; tomando la forma de un carnerox engañaba a Bisálpida. Todas estas escenas aparecían dibujadas con una naturalidad que las hacía aparentar tan reales que causaban asombro a todo aquel que las viera.
A pesar de la grandeza de su trabajo, Aracne no se contentó con haber representado las hazañas de Júpiter y Neptuno, así que dio vida a algunas escenas que tenían como protagonistas a otros dioses. El dios Apolo aparecía unas veces bajo formas humanas y otras bajo el aspecto de un animal. Era pastor, unas veces; y un feroz león, otras. Luego continuó con Saturno en forma de caballo cuando tramó el engaño contra Filira, de la cual nació su hijo, el centauro Quirón.
Y si Minerva había elegido el olivo para dar por acabada su creación, Aracne decidió entrelazar hojas de hiedra en los bordes de tan bella obra de tapicería.
Al ver que su contrincante había acabado con su trabajo, Minerva se paseó delante de ella con el fin de comenzar a señalar los defectos en la tela, pero no pudo encontrar ninguno. Furiosa por la situación y llena de despecho, reprendió con violencia la veracidad de los crímenes de los dioses que aparecían representados en el trabajo de Aracne. Luego tomó su lanzadera, rasgó de arriba a abajo el tapiz y con el mismo impulso, golpeó fuertemente la cabeza de Aracne. La muchacha comenzó a huir desesperada porque intuía ya el mal que sobrevendría sobre ella. Al verla correr, Minerva detuvo los pies de la joven y elevó su cuerpo en el aire. Luego se dirigió a ella con estas palabras: "Aracne, te has comportado de modo insolente, como castigo por tu actitud, te condeno a vivir siempre de esta forma, suspendida en el aire".
La muchacha luchaba con sus brazos y piernas por volver a su estado normal, lo cual era ya imposible; pero el castigo de Minerva fue aún más terrible: antes de marcharse, arrojó sobre Aracne el jugo de una hierba envenenada. Cuando el veneno tocó el cuerpo de su rival, tuvo lugar una extraña transformación: poco a poco, Aracne fue perdiendo sus cabellos, luego su nariz y las orejas; su cabeza y su cuerpo comenzaron a disminuir de tamaño hasta quedar reducidos tan solo a un abultado vientre. Por último, las piernas y los brazos se transformaron en delgadísimas patas.
De esta manera, la joven tejedora quedó convertida en araña y, desde entonces, sigue ejecutando con sus hilos la tarea a la que estaba acostumbrada, tejer una y otra vez la tela que la sostiene en el aire.
Versión de un mito latino basada en Las metamorfosis, de Ovidio.
Recursos léxicos:
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Purpura real: colorante de un tono entre rojo y morado que usaban los antiguos fenicios en la ciudad de Tiro.
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Lidia, Región histórica situada en la actual Turquía.
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iii Hipepa. Ciudad ubicada en la antigua Lidia.
iv lanzadera. Pieza del telar que lleva un carretel de hilo en su interior.
v Atenas. Se refiere al nombre griego de Minerva, Atenea.
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Medusa. Monstruo mitológico que convertía en piedra a aquellos que miraba a los ojos. Fue decapitada par Perseo, quien usó su cabeza como un arma hasta que se la otorgó a Atenea para que la pusiera sobre su escudo.
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grulla Ave de gran tamaño, generalmente de plumaje colores.
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viii inusitado. Poco usual, desacostumbrado.
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sátiro. En la mitología grecorromana, hombre barbado con patas y orejas de cabra y cola de caballo o chivo.
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carnero. Macho de la oveja.
ACTIVIDADES
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Las historias que las protagonistas de "La tela de Aracne" eligen contar giran en torno a diversos temas temas. De la siguiente lista, mencioná cuáles corresponden a las historias de Minerva y cuáles a las historias de Aracne.
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Las infidelidades de Jupiter.
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Los peligros del orgullo y la arrogancia.
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Los engaños de los dioses para cumplir con sus objetivos.
2) Luego de haber seleccionado, los temas de la consigna anterior, explicá por qué cada una de las protagonistas habrá elegido ese tema para su creación. Con tal fin, tener en cuenta qué le quiere comunicar cada una a su contrincante.
3) Respondé la siguiente pregunta: ¿Crees que las historias que Aracne eligió contar aumentaron el enojo de Minerva? Justifica tu respuesta con, al menos, una cita del texto.
4) Imaginá y elaborá:
¿De qué modo creés que la joven podría haber calmado la ira de la Diosa sin renunciar al desafío que ella misma propuso?
5)Nombrá algunas de las habilidades que se mencionan en el texto y que hacen de Aracne una gran tejedora.
6) Luego, imaginá la siguiente situación y elaborá:
a) Si Aracne no hubiera sido tejedora, sino escritora, ¿qué desafío podría haber planteado?
¿qué habilidades creés que debería haber poseído y llevado a la práctica para vencer a su contrincante en ese desafío?
b) Investigá sobre Minerva y sobre su condición de Diosa, ¿Diosa de qué ámbitos era? ¿Creés que calificaría para participar en una batalla / reto literario o de artes verbales? Justificá tu opinión.
7) Mencioná, teniendo en cuenta la descripción que vimos del género ‘mito’, el origen de qué hecho / objeto / animal / lugar cuenta la historia leída.
UNIDAD 1: COSMOVISIÓN MÍTICA.
'MITO DE DAFNE Y APOLO'
MITO DE APOLO Y DAFNE
Apolo, el dios del sol y de la música, era un gran cazador. Una vez quiso matar a la temible serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso. Habiéndola herido con sus flechas, la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos. Allí acabó con ella mediante varios disparos de sus flechas. Delfos era un lugar sagrado donde se pronunciaban los oráculos de la Madre Tierra. Hasta los dioses consultaban el oráculo y se sintieron ofendidos de que allí se hubiera cometido un asesinato. Querían que Apolo reparase de algún modo lo que había hecho, pero Apolo reclamó Delfos para sí. Se apoderó del oráculo y fundo unos juegos anuales que debían celebrarse en un gran anfiteatro, en la colina que había junto al templo. Orgulloso Apolo de la victoria conseguida sobre la serpiente Pitón, se atrevió a burlarse del dios Eros por llevar arco y flechas siendo tan niño.
Irritado, Eros se vengó disparándole una flecha de oro, que le hizo enamorarse de la ninfa Dafne locamente, mientras a esta le disparó otra flecha, esta de plomo, que le hizo odiar el amor y especialmente el de Apolo. Dafne era una ninfa cazadora consagrada a Ártemis, y por lo tanto, rechazaba cualquier tipo de amor masculino, y, por supuesto, no quería casarse.
De tal modo, el enamorado Apolo persiguió locamente a Dafne. Mientras, ella huía de él. Pero, poco a poco, Apolo fue reduciendo distancias y cuando iba a darle alcance, y se encontraba ya cansada, Dafne pidió ayuda a su padre, el río Peneo de Tesalia. Apenas había concluido la súplica, cuando todos los miembros se le entorpecen: sus entrañas se cubren de una tierna corteza, los cabellos se convierten en hojas, los brazos en ramas, los pies, que eran antes tan ligeros, se transforman en retorcidas raíces, ocupa finalmente el rostro la altura y sólo queda en ella la belleza. Este nuevo árbol es, no obstante, el objeto del amor de Apolo, y puesta su mano derecha en el tronco, advierte que aún palpita el corazón de su amada dentro de la nueva corteza, y abrazando las ramas como miembros de su cariño, besa aquél árbol que parece rechazar sus besos.
Como consecuencia de este lance, el laurel es la planta dedicada a Apolo, en recuerdo de su amor por Dafne. Una corona de laurel era el premio que recibían los ganadores del concurso Pítico.
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LAS METAMORFOSIS
Ovidio
Edición y traducción de Vicente López Soto Editorial Bruguera. Barcelona, 1972.
El primer amor de Febo (Apolo) fue Dafne, la hija de Peneo, hecho que no fue infundido por un pequeño azar, sino por la cruel ira de Cupido. El dios de Delos(1), engreído por su reciente victoria sobre la serpiente, había visto hacía poco que, tirando de la cuerda, doblaba las extremidades del arco y le había dicho: "¿Qué intentas hacer, desenfrenado niño, con estas armas? Estas armas son propias de mis espaldas; con ellas yo puedo lanzar golpes inevitables contra una bestia salvaje o contra un enemigo, ya que hace poco que he abatido con innumerables saetas a la descomunal Pitón que cubría con su repugnante e hinchado vientre tantas yugadas. Tú conténtate con encender con tu antorcha unos amores que no conozco y no iguales tus victorias con las mías". El hijo de Venus le contestó: "Tu arco lo traspasa todo, Febo, pero el mío te traspasará a ti; cuanto más vayan cediendo ante ti todos los animales, tanto más superará mi gloria a la tuya". Y hendiendo el aire con el batir de sus alas y sin pérdida de tiempo, se posó sobre la cima umbrosa del Parnaso; saca dos flechas de su carcaj repleto, que tiene diversos fines: una ahuyenta el amor, y otra hace que nazca. La que hace brotar el amor es de oro y está provista de una punta aguda y brillante; la que lo ahuyenta es obtusa y tiene plomo bajo la caña. Con esta hiere el dios a la ninfa, hija del Peneo; con la primera atraviesa los huesos de Apolo hasta la médula. El uno ama enseguida; la otra rehuye incluso el nombre del amante; y émula de la virginal Febe, deleitándose en las soledades de las selvas y con los despojos de las bestias salvajes que capturaba, sujetaba con una cinta sus cabellos en desorden. Muchos la pretendían, pero ella, alejando a sus pretendientes, no pudiendo soportar el yugo del hombre y, libre, recorre los bosques sin caminos y no se preocupa del himeneo, ni del amor, ni del matrimonio. Su padre le decía a menudo: "Hija, me debes un yerno". A menudo también le decía: "Hija, me debes unos nietos". Ella, temiendo a las antorchas conyugales como si fuera un crimen, cubría su hermoso rostro con un tímido rubor y, con sus brazos cariñosos rodeando el cuello de su padre, le dijo: "Permíteme, queridísimo padre, gozar por siempre de mi virginidad; lo mismo le había concedido a Diana su padre". El consiente; pero estos encantos que posees, Dafne, son un obstáculo para lo que anhelas y tu hermosura se opone a tu deseo. Febo ama y luego de ver a Dafne desea ardientemente unirse a ella; espera lo que desea y sus oráculos le engañan. A la manera como arde la ligera paja, sacada ya la espiga, o como arde un vallado por el fuego de una antorcha que un caminante por casualidad la ha acercado demasiado o la ha dejado allí al clarear el día, de ese modo el dios se consume en las llamas, así se le abrasa todo su corazón y alimenta con la espera un amor imposible. Conserva su cabellera en desorden que flota sobre su cuello y dice: "¿Qué sería, si se los arreglara?" Ve sus ojos semejantes en su brillo a los astros; ve su boca y no le basta con haberla visto; admira sus dedos, sus manos y sus brazos, aunque no tiene desnuda más de la mitad. Si algo queda oculto, lo cree más hermoso todavía. Ella huye más rápida que la ligera brisa y no se detiene ante estas palabras del que la llama:
"¡Oh, ninfa, hija de Peneo, detente, te lo suplico!, no te persigo como enemigo;
¡ninfa, párate! El corderillo huye así del lobo, el cervatillo del león, las palomas con sus trémulas alas huyen del águila y cada uno de sus enemigos; yo te persigo a causa de mi
amor hacia ti. ¡Hay desdichado de mí! Temo que caigas de bruces o que tus piernas, que no merecen herirse, se vean arañadas por las zarzas, y yo sea causa de tu dolor. Escabrosos son los lugares donde te apresuras; corre más despacio, te ruego, retén la huída; yo te perseguiré más despacio. Sin embargo, pregunta a quién has gustado; no soy un habitante de la montaña, no soy un pastor; no soy un hombre inculto que vigila las vacadas y rebaños. Tú no sabes, imprudente, de quién huyes y por eso huyes. A mí me obedecen el país de Delfos, Claros, Ténedos y la regia Patara; yo tengo por padre a Júpiter, yo soy quien revela el porvenir, el pasado y el presente; por mí los cantos se ajustan al son de las cuerdas. Mi flecha es segura, pero hay una flecha más segura que la mía, la cual ha hecho en mi corazón, antes vacío, esta herida. La medicina es invención mía y por todo el orbe se me llama "el auxiliador" y el poder de las hierbas está sometido a mí. ¡Ay de mí!, que el amor no puede curarse con ninguna hierba y no aprovechan a su dueño las artes que son útiles para todos."
La hija del Peneo, con tímida carrera, huyó de él cuando estaba a punto de decir más cosas y le dejó con sus palabras inacabadas, siempre bella a sus ojos; los vientos desvelaban sus carnes, sus soplos, llegando sobre ella en sentido contrario, agitaba sus vestidos y la ligera brisa echaba hacia atrás sus cabellos levantados; su huída realzaba más su belleza. Pero el joven dios no puede soportar perder ya más tiempo con dulces palabras y, como el mismo amor le incitaba, sigue sus pasos con redoblada rapidez. Como cuando un perro de la Galia ve una liebre en la llanura al descubierto, se lanzan, el uno para coger la presa, la otra para salvar la vida; el uno parece estar a punto de atraparla y espera conseguirlo y con el hocico alargado le estrecha los pasos, la otra está en la duda de si ha sido cogida y se escapa de esas mordeduras y deja la boca que la tocaba; de ese modo están el dios y la doncella; aquel se apresura por la esperanza, ésta por el temor. Sin embargo, el que persigue, ayudado por las alas del Amor, es más veloz y no necesita descanso; ya se inclina sobre la espalda de la fugitiva y lanza su aliento sobre la cabellera esparcida sobre la nuca. Ella, perdidas las fuerzas, palidece y, vencida por la fatiga de tan vertiginosa fuga, contemplando las aguas del Peneo, dijo: "Auxíliame, padre mío, si los ríos tenéis poder divino; transfórmame y haz que yo pierda la figura por la que he agradado excesivamente".
Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo. Febo también así la ama y apoyada su diestra en el tronco, todavía siente que su corazón palpita bajo la corteza nueva y, estrechando con sus manos las ramas que reemplazan a sus miembros, da besos a la madera; sin embargo, la madera rehúsa sus besos. Y el dios le dijo: "Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol; siempre mi cabellera, mis cítaras y mi carcaj se adornarán contigo. ¡Oh, laurel!, tú acompañarás a los capitanes del Lacio cuando los alegres cantos celebren el triunfo y el Capitolio vea los largos cortejos. Como fidelísima guardiana, tú misma te encontrás ante las puertas del Augusto y protegerás la corona de encina situada en el centro; así como mi cabeza, cuyos cabellos jamás han sido cortados, permanece joven, dela misma manera la tuya conservará siempre su follaje inalterable". Peán* había acabado de hablar; el laurel se inclinó con sus ramas nuevas y pareció que inclinaba la copa como una cabeza.
(1) Apolo.
*Canto guerrero en honor a Apolo. Supuestamente, aquí, Peán sirve y funciona como personificación de Apolo.
Actividad:
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Mencioná el origen de qué hecho / objeto / animal / fenómeno se narra en el “Mito de Dafne y Apolo”
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Investigá y mencioná cuál es la representación latina del Dios griego Eros. Investigá y mencioná al menos 3 obras de ficción que hagan intertextualidad con (que tomen como referencia) la historia presentada en el Mito.
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Establecé una conexión entre los tres personajes femeninos jóvenes vistos hasta ahora en los mitos. Tené en cuenta qué nivel, qué grado de importancia y qué poder de decisión tienen estas mujeres en las historias vistas.
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Indagá y desarrollá el tema del castigo divino ante la arrogancia de algunos personajes vistos en al menos dos de los mitos vistos en clase. Desarrollá si los castigos divinos te parecen justos o exagerados en los mitos que hayas elegido. Justificá tu opinión con argumentaciones propias.
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Mencioná y explicá qué grado de importancia tienen las transformaciones físicas en al menos dos de los tres mitos vistos hasta ahora.
TRABAJO PRÁCTICO DE CONTINUIDAD PEDAGÓGICA, 1ER BIMESTRE (MAR-ABR 2024). COSMOVISIÓN MÍTICA
Trabajos de continuidad pedagógica. Literatura 4to año.
1er bimestre (marzo-abril)
Cosmovisión mítica.
Actividad:
A partir de los mitos vistos “Teseo y el Minotauro” y “La tela de Aracne”, desarrolla´ un escrito comparativo basado en la cuestión del hilado y el tejido, de lo textil y su importancia en esas dos historias. El texto comparativo debe estar redactado en prosa (no debe ser un cuadro comparativo), debe tener al menos 10 renglones. Es individual. Como ayuda organizativa el texto puede referirse a los siguientes tóppicos y su presencia en los mitos vistos:
-Personajes.
-Motivaciónn de los trabajos del hilado.
-Relación de los protagonistas con su talento y con los demás (tó´pico de la arrogancia // humildad)
-Resultados finales de sus hilados
-Caracterí´sticas propias de cada trabajo con los hilos o con el tejido.
- Utilidad social o comunitaria de esos hilados/tejidos.
Para realizar el texto y darle cohesión interna podess usar alguno de los siguientes conectores textuales:
De oposición: Sirven para marcar diferencias. En este caso entre los diferentes usos de lo textil presentes en cada uno de los mitos. Ejemplos de conectores: a- por un lado… por el otro.
B. Mientras que. C) En oposició´n. D) Contrariamente E) En contraste.. f) a diferencia de…
De adición: Sirven para sumar información y para agregar razones a nuestro argumento. Ejemplos: Adema´s, tambie´n, asimismo, incluso. No solo… sino tambie´n. Enumeraciones: En primer te´rmino, en segundo tér mino, etc. Luego ( con caracterí´sticas de suma). Cabe agregar, en suma, etc.
De contraste/ concesión: Sirven para matizar la información brindada. Le restan conclusividad a las afirmaciones y las desgeneralizan. Ejemplos: si bien, pero, aún así, no obstante, sin embargo, a pesar de, todo lo cual no implica, no solo sino también, etc.
De conclusión o cierre: Por lo tanto, en resumen, para finalizar, en conclusió´n. Finalmente. Por ú´ltimo, En última instancia, para concluir, etc.
UNIDAD 2: Relatos de viajes. Géneros de Ciencia ficción y relato realista
Obras literarias:
"Hugo, viajero en el espacio".
"El faro de la mujer ausente"
Texto complementario: Ciencia ficción: "¡Cómo se divertían!" de Isaac Asimov
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“¡Cómo se divertían!” Por Isaac Asimov
Margie lo anotó esa noche en el diario. En la página del 17 de mayo de 2157 escribió: “¡Hoy Tommy ha encontrado un libro de verdad!”.
Era un libro muy viejo. El abuelo de Margie contó una vez que cuando él era pequeño, su abuelo le había contado que hubo una época en que los cuentos siempre estaban impresos en papel.
Uno pasaba las páginas, que eran amarillas y se arrugaban, y era divertidísimo ver que las palabras se quedaban quietas en vez de desplazarse por la pantalla. Y, cuando volvías a la página anterior, contenía las mismas palabras que cuando la leías por primera vez.
–Caray, dijo Tommy–, qué desperdicio. Supongo que cuando terminas el libro lo tiras. Nuestra pantalla de televisión habrá mostrado un millón de libros y sirve para muchos más. Yo nunca la tiraría.
–Lo mismo digo –contestó Margie. Tenía once años y no había visto tantos telelibros como Tommy. Él tenía trece–. ¿En dónde lo encontraste?
–En mi casa –Tommy señaló sin mirar, porque estaba ocupado leyendo–. En el ático.
–¿De qué trata?
–De la escuela.
–¿De la escuela? ¿Qué se puede escribir sobre la escuela? Odio la escuela.
Margie siempre había odiado la escuela, pero ahora más que nunca. El maestro automático le había hecho un examen de geografía tras otro y los resultados eran cada vez peores. La madre de Margie había sacudido tristemente la cabeza y había llamado al inspector del condado.
Era un hombrecillo regordete y de rostro rubicundo que llevaba una caja de herramientas con perillas y cables. Le sonrió a Margie y le dio una manzana; luego, desmanteló al maestro. Margie esperaba que no supiera ensamblarlo de nuevo, pero sí sabía y, al cabo de una hora, allí estaba de nuevo, grande, negro y feo, con una enorme pantalla en donde se mostraban las lecciones y aparecían las preguntas. Eso no era tan malo. Lo que más odiaba Margie era la ranura por donde debía insertar las tareas y las pruebas. Siempre tenía que redactarlas en un código que le hicieron aprender a los seis años, y el maestro automático calculaba la
calificación en un santiamén.
El inspector sonrió al terminar y acarició la cabeza de Margie.
–No es culpa de la niña, señora Jones –le dijo a la madre–. Creo que el sector de geografía estaba demasiado acelerado. A veces ocurre. Lo he sintonizado en un nivel adecuado para los diez años de edad. Pero el patrón general de progresos es muy satisfactorio -y acarició de nuevo la cabeza de Margie.
Margie estaba desilusionada. Había abrigado la esperanza de que se llevaran al maestro. Una vez, se llevaron el maestro de Tommy durante todo un mes porque el sector de historia se había borrado por completo.
Así que le dijo a Tommy:
–¿Quién querría escribir sobre la escuela?
Tommy la miró con aire de superioridad.
–Porque no es una escuela como la nuestra, tontuela. Es una escuela como la de hace cientos de años -y añadió altivo, pronunciando la palabra muy lentamente–: siglos.
Margie se sintió dolida.
–Bueno, yo no sé qué escuela tenían hace tanto tiempo -leyó el libro por encima del hombro de Tommy y añadió– De cualquier modo, tenían maestro.
–Claro que tenían maestro, pero no era un maestro normal. Era un hombre.
–¿Un hombre? ¿Cómo puede un hombre ser maestro?
–Él les explicaba las cosas a los chicos, les daba tareas y les hacía preguntas.
–Un hombre no es lo bastante listo.
–Claro que sí. Mi padre sabe tanto como mi maestro.
–No es posible. Un hombre no puede saber tanto como un maestro.
–Te apuesto a que sabe casi lo mismo.
Margie no estaba dispuesta a discutir sobre eso.
–Yo no querría que un hombre extraño viniera a casa a enseñarme.
Tommy soltó una carcajada.
–Qué ignorante eres, Margie. Los maestros no vivían en la casa. Tenían un edificio especial y todos los chicos iban allí.
–¿Y todos aprendían lo mismo?
–Claro, siempre que tuvieran la misma edad.
–Pero mi madre dice que a un maestro hay que sintonizarlo para adaptarlo a la edad de cada niño al que enseña y que cada chico debe recibir una enseñanza distinta.
–Pues antes no era así. Si no te gusta, no tienes por qué leer el libro.
–No he dicho que no me gustara -se apresuró a decir Margie.
Quería leer todo eso de las extrañas escuelas. Aún no habían terminado cuando la madre de Margie llamó:
–¡Margie! ¡Escuela!
Margie alzó la vista.
–Todavía no, mamá.
–¡Ahora! -chilló la señora Jones–. Y también debe de ser la hora de Tommy.
–¿Puedo seguir leyendo el libro contigo después de la escuela? –le preguntó Margie a Tommy.
–Tal vez –dijo él con petulancia, y se alejó silbando, con el libro viejo y polvoriento debajo del brazo.
Margie entró en el aula. Estaba al lado del dormitorio, y el maestro automático se hallaba encendido ya y esperando. Siempre se encendía a la misma hora todos los días, excepto sábados y domingos, porque su madre decía que las niñas aprendían mejor si estudiaban con un horario regular. La pantalla estaba iluminada.
–La lección de aritmética de hoy –habló el maestro– se refiere a la suma de quebrados propios. Por favor, inserta la tarea de ayer en la ranura adecuada.
Margie obedeció, con un suspiro. Estaba pensando en las viejas escuelas que había cuando el abuelo del abuelo era un chiquillo. Asistían todos los chicos del vecindario, se reían y gritaban en el patio, se sentaban juntos en el aula, regresaban a casa juntos al final del día. Aprendían las mismas cosas, así que podían ayudarse a hacer los deberes y hablar de ellos. Y los maestros eran personas…
La pantalla del maestro automático centelleó.
–Cuando sumamos las fracciones ½ y ¼…
Margie pensaba que los niños debían de adorar la escuela en los viejos tiempos. Pensaba en cómo se divertían.
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Este cuento, cuyo título original en inglés es The Fun They Had, fue publicado por primera vez en un periódico infantil en diciembre de 1951 y reimpreso en febrero de 1953 en The Magazine of Fantasy and Science Fiction. También fue publicado en las colecciones: Con la Tierra nos basta, Lo mejor de Isaac Asimov, The Best Science Fiction of Isaac Asimov y Crónicas.
Actividades de continuidad pedagógica. Literatura 4° año. 2do bimestre.
Intertextualidad y género de Ciencia ficción.
Consignas:
1 ) Definí el género de ciencia ficción y sus características principales.
2) A partir de la lectura de “Hugo, viajero del espacio” mencioná al menos dos teorías científicas que se desarrollen en el relato y explicá para qué sirven en el mismo. ¿Qué hechos que parecen difíciles de comprender, nos logran explicar?
3) A partir del texto “Hugo, viajero del espacio” en particular, pero teniendo en cuenta además las características del género ciencia ficción en general, argumentá con tus propias opiniones respecto a la siguiente pregunta: ¿Creés que el género ciencia ficción y la búsqueda de nuevos planetas y espacios siderales que habitar, implican el éxito o el fracaso de la civilización humana? Argumentá con al menos tres razones que defiendan una u otra posición.
4) A partir de la lectura del texto “¡Cómo se divertían!” de Isaac Asimov, relato subido en la plataforma del Instituto, encontrá similitudes y diferencias entre la escolaridad que reciben y el tipo de vida que llevan los protagonistas juveniles que tienen “Hugo, viajero del espacio” y el texto antes mencionado.
5) Teniendo en cuenta la lectura de ambos relatos marcá si encontrás elementos que reflejen nostalgia por un pasado perdido en ambos relatos de ciencia ficción. De hallar elementos que reflejen nostalgia, explica cuáles son y a qué se deben.